No recordaba la última vez que estuve a siete grados. O pasear bajo la lluvia. Ni el efecto relajante de esta. Tampoco la sensación del frío en mi cara, la tirantez de la piel, el dolor de oídos si no los llevo cubiertos, la claridad mental, el placer de llevar una buena chaqueta, la atención en mi calor corporal, regocijarme ahí como polluelo en su nido, conducir sin gafas de sol con la melancolía de Bon Iver de fondo, decidir entre cortarme las venas o dejármelas largas, optar por lo segundo, quitarme las zapatillas de trail mojadas, meter el pie en el borreguito de estar por casa, poner la lista de jazz piano, sentarme a escribir envuelta en forro polar.
Qué gusto, por favor. Qué flashback a Londres.
¡Camarero! Un té negro con leche.
Una frase
Algunas personas mueren a los veinticinco y los entierran a los ochenta.
Lama Rinchen
Estoy haciendo un curso de entrenamiento mental y meditación con el conocido lama y el otro día soltó esta frase como si nada. Me tambaleó el cuerpo entero.
Creo que estoy tan obsesionada con la V.I.D.A. porque desde muy joven creí que sería de las personas que mueren antes de ser enterradas. Estaba convencida de que el mundo se dividía en dos grupos: los que tenían la suerte de vivir y los que sobrevivían hasta morir. Observando mi entorno y desde mi mapa infantil di por hecho que mi familia era del segundo. Nada me daba más miedo que eso. Bueno, eso y tener un hijo con la persona inadecuada.
Así empezó mi búsqueda incesante de vida y mi atención y evaluación diaria en mi forma de vivirla. No hace tanto que esta creencia fue desmontada.
¿La buena noticia?
Que puedes resucitar antes de palmarla.
Por cierto, publiqué esta frase en Notas aquí en Substack, pero solo se pueden ver si tenéis la app. Al igual que leer los comentarios de la comunidad y participar. Os recomiendo que os la bajéis porque voy a ir publicando lo que me apetezca por aquí y algunas secciones no llegan al correo.
Puedes descargártela en este botoncito.
Una canción
Mirad qué monadita, que se puede embeber el link y os lleva directas a Spotify. Substack me tiene conquistada.
Aquí os dejo la canción que me llegó desde el móvil de Gustavo y que comenté en el podcast de la semana pasada. Si no lo has escuchado puedes hacerlo AQUÍ. Los comentarios de la comunidad son lo más valioso, sin duda.
Un hábito
Soltar contactos del móvil
Desde 2022 estoy haciendo limpieza general de V.I.D.A., poniendo orden tanto en mi mundo digital como en el offline. Este último ha sido fácil porque el minimalismo ayuda sobremanera, ahora bien, el online está siendo una tarea abrumadora dada la información que acumulamos y lo rápido que lo hacemos. Once mil fotos en el carrete, cientos de correos sin archivar, diferentes cuentas de email, contraseñas olvidadas, documentos mezclados y un largo etcétera. Voy sin prisa y sin pausa. Noe Gil fue la propulsora de este movimiento en mí y le estaré siempre agradecida.
Esté verano entré a mi agenda del teléfono y tenía putos dos mil seiscientos contactos. Repito: dos mil seiscientos contactos. Dos mil seiscientas personas con las que alguna vez he hablado en mi vida. Lo pienso y necesito hacer una respiración completa porque me ahogo. ¿Cómo no vamos a tener ansiedad y depresión? Nuestros cocos están preparados para la tribu de diez humanos, veinte a lo sumo. La socialización se nos ha ido de las manos.
Empecé a revisar uno por uno, a cotillear fotos de perfil y estados, a revivir historias o a esforzarme por recordarlas. Muchos bebés nuevos en la faz de la tierra. Muchas parejas que sonríen sin sonreír. Muchas personas que parecen felices de verdad. Qué vértigo haber interactuado con todos ellos. Me planteo si mi introversión, cada vez más evidente y liberadora, es consecuencia de esta exposición. Quizá mis circunstancias no son las habituales. Por curiosidad, ¿cuántos contactos tenéis?
Compañeras del cole, de la perfumería, amigos de la falla, aupairs de Suecia, de Londres, compañeras de Nars España, Nars Londres, compañeras de Bobbi, de Asesoría de Imagen, del mundo del maquillaje, del mundo del emprendimiento, de Instagram, chicos de Tinder, amigos de amigos, clientas del maquillaje, amigas de clientas que ni siquiera me conocen pero quieren que les recomiende una crema, compañeros de coaching, de PNL, coachees, bonicas de Grupete, compañeras de editorial, amigos de Londres, Bali, Lanzarote, amigos del mundo de los perros, familia… Vuelvo a respirar.
Y empecé a borrar definiendo antes mi criterio. Como hago con la ropa del armario: si no me he puesto una prenda en los últimos dos años, la dono o la tiro. Si no he hablado con una persona en los últimos dos años, borro el contacto. Dejar Instagram me ha liberado mucho tiempo para ocuparme de cosas importantes. Puede que os parezca una tontería, pero creo que energéticamente, tener a tantos humanos en la agenda guardados oprime el campo interpersonal.
Comparto este nuevo hábito porque me parece una forma amable y consciente de recordar el pasado, agradecerlo o maldecirlo, según fuera la experiencia con el contacto, y soltarlo con atención e intención.
Es un forma de andar más ligera.
Un placer
Sábanas de franela a cuadros - Zara Home
Reconozco que tenía apego a las sábanas de lino lavado que he dejado en mi casa de Lanzarote. Como no tenía sentido traérmelas de cara al frío invierno, en un primer momento pensé en guardarlas bajo llave para preservarlas y protegerlas. Que nadie las toque dijo mi parte egoísta y posesiva. Como con los novios. Poco después conecté con la idea de que mi inquilina —que es amiga de confianza— pudiera experimentar el efecto nido como yo lo he hecho, con todos los detalles, Twelve incluído, y se las dejé lavadas y planchadas, propiciando que se rebozara en ellas.
A cambio ayer estrené un juego de franela que le compré a Amancio y joder joder joder joder joder. Joder. El momento de entrar a la cama con el camisón de seda, embadurnada con la crema corporal de Catalá, rociada de bruma de Rituals —la sleep sigue en venta— y notar el abrazo de ese tejido suave y calentito. Por mis vocalizaciones de placer estoy convencida de que los vecinos creyeron que tenía visita. Estoy deseando que sean las diez.
Mi último pensamiento antes de caer dormida.
Si tengo que morir, que sea así.
Un evento de emprendimiento gratuito
Working Day — Máster de Tranquilidad Emprendedora
Es el tercer año que participo en esta jornada de trabajo práctico y terrenal junto a mis siete compañeras de máster, mentoras y amigas, y lo recomiendo con los ojos cerrados a cualquier persona que esté emprendiendo, independientemente de que su proyecto esté en fase incubadora o ya consolidado. Si trabajas para ti misma, tienes que estar.
En esta jornada gratuita te guiaremos para poner orden en tu parte de emprendimiento. Mentora a mentora iremos desarrollando ejercicios para que conectes con tu pre-esencia. La idea es que lleguemos a emprender para vivir y no al revés. También presentaremos la cuarta edición del máster, que empieza en enero, y abriremos las plazas al terminar.
17 de noviembre de 10:30 a 15:30 horas España - Madrid en DIRECTO
El programa es el siguiente:
Generación de ideas — la duende Mª José Tenedor
Aterrizando la idea — Noe Gil
Calculando la pasta — Vanessa Marrero
Visualizando la idea — la Albiol
Expandiendo la idea con estrategia — Pat Carrasco
Colocando las emociones — Ico Ramos
Mentoría en directo guiada por Elena Azcue e Isa Gil
Puedes acceder a toda la información y apuntarte AQUÍ.
Una técnica ante la manipulación
Disco rayado
Una maravilla a la hora de decir NO. En mi caso empecé a utilizarla con una persona que me acosaba después de terminar una relación en el plano personal. Tuve que recurrir al disco rayado tras muchos intentos previos de razonar cordialmente para llegar a un entendimiento. De verdad que lo intenté, hasta que mi psicóloga por aquel entonces me presentó el perfil psicopático que tenía delante y entendí, después de mucho dolor y culpa, que frente a su poder brutal de manipulación, la falta de empatía estructural, y su arte para tergiversar la historia, el diálogo no era una opción y había que cortarlo de forma inteligente y serena. Me costó horrores en un inicio porque la ira me consumía, pero la práctica hace al maestro y la consistencia es clave. Acabé por dominarla y en la actualidad la utilizo con fluidez y ligereza.
La técnica es simple y efectiva. Consiste en responder con una frase que defienda tu argumento o posición de forma asertiva y ser insistente. Esta será tu respuesta SIEMPRE, una y otra vez, mientras que la otra persona no acepte tu postura. Aunque te sientas ridícula, la repites sin parar, manteniendo la calma, con tono de voz firme y tranquilo en caso de que sea cara a cara. Si es por escrito lo tienes más fácil.
Lo más importante es no reaccionar a la defensiva, no culpabilizar, no atacar. Practicar meditación y pranayama ayuda muchísimo a la hora de ponerla en práctica. Requiere de un entrenamiento mental interesante que a mí, personalmente, me ha ayudado mucho a la hora de poner límites.
Aquí un ejemplo de cara a la Navidad.
Fulanita: Este año también contamos contigo para la cena de Nochebuena, ¿verdad?
Tú: Pues te lo agradezco muchísimo y me gusta que pienses en mí, sin embargo este año quiero compartir esa cena con mis amigos. Nosotros podemos cenar en otra fecha, ¿te parece?
Fulanita: Mujer, pues ve con ellos otro día, que la Navidad es para estar en familia, ¿no te da pena perdértelo?
Tú: Entiendo tu visión, pero la mía es diferente y este año me apetece compartir esta cena con mis amigos. Muchas gracias.
Fulanita: Pobre de tu madre, quizá sea su última Navidad. Imagínate la culpa que sentirías al año siguiente si eso fuera así.
Ojito con el nivel de manipulación de esta última.
Tú: Entiendo tu visión, pero la mía es diferente y realmente este año me apetece compartir esta cena con mis amigos. Te agradezco que quieras contar conmigo, podemos poner otra fecha.
Y así, en disco rayado, hasta que se canse. Sin variar el argumento. Sin liarte a dar más explicaciones o justificaciones. Corto, sencillo, claro y directo. Una y otra vez. A mí me gusta mucho meterle el entiendo tu punto de vista, sin embargo, yo necesito/me apetece/quiero/siento…
Y paciencia. Requiere tiempo y mucho entrenamiento, pero prometo que funciona. ¿La habéis probado? ¿La vais a probar?
Si tenéis alguna situación que requiere de disco rayado y no sabéis qué argumento comunicar o cómo hacerlo, podéis dejarlo en comentarios y entre todas nos damos ideas.
Una pregunta
¿Qué significa para ti vivir?
Os leo.
¡Salud!
Ana.
¡Buenos días, Ana!
Me ha encantado el apartado de las sábanas (un placer muy grande para mi es meterme a la cama con sábanas y pijama limpios y después de una ducha).
Pero lo que más me ha gustado es el apartado de poner límites. Esta semana justo vi a mi expareja por temas que aún teníamos pendientes y que se cerraron justo el jueves. El caso es que yo lo he pasado bastante mal y he decidido tener contacto 0 y he pedido que tenemos en común que no me cuenten nada de su vida. Él intenta mantener una “relación de amistad por todo lo que hemos vivido”, lo cual para mi es extremadamente difícil por todo lo que he sufrido. Al principio, cuando me llamaba, le hacía caso pero luego estaba una semana entera fatal y sobrepensaba y analizaba todo lo que me había dicho durante la conversación. Hasta que un día, con ayuda de mi psicóloga, me dije que tenía que marcar LÍMITES para MI BIENESTAR.
Nos vimos el jueves y en varias ocasiones me repitió que, por favor, no desapareciera de su vida y que no fuera un hasta nunca. A lo que obviamente me negué todas las veces que me lo dijo argumentándome como un disco: “no creo que tenga sentido en mi vida. Yo lo he pasado extremadamente mal y me he roto mucho. No es bueno para mi. No lo quiero porque no me aporta.”
Al llegar a casa lloré mucho. Claro que lloré. Tengo sentimientos. Pero sé que a la larga para mi es mucho mejor así porque me da paz mental y emocional. Y eso sí me hace feliz.
Gracias por estos trocitos de reflexión. Leerte sentada en la alfombra del salón con el sol entrando por la ventana y en mis pies y con un café en la mano también es felicidad y placentero 💕
Yo hace casi 4 años que empecé con la limpieza y en algunas he acabado exhausta físicamente y otras mentalmente.
Limpie la parte de arriba de la casa, que era como lo que había en las películas antiguas debajo de la alfombra, barrian y levantaban la alfombra y para abajo. Eso era la planta de encima, caja de la nevera? Para arriba, apuntes de la facultad arriba y así hasta casi no poder pasar, había incluso parte de mobiliario y que a gusto me quedé cuando casi 21 horas seguidas después estaba limpia, ordenada y con lo justo y lo que quiero. Eso sí montón de donar, regalar y tirar (todo y que en el de tirar hubo gente que pasaba por la calle y rescató)
Yo personalmente como norma general siempre me entran esas ventoleras en agosto, quizás por mi mentalidad de cierre de año.
Otro fueron los contactos del móvil, mamás del colegio de la hija de mi ex marido, fuera, sus amigos fuera, gente que no me aporta, fuera. Estuve sentada en el sofá hasta que me dolía el culo pero que gusto. Y luego abrir WhatsApp y elegir a la gente que quiero que vea mi estado, el resto lo siento, pero no. Y este agosto le tocó a la habitación donde tengo mis cosas, esta vez (quizás influenciada por la necesidad) abrí Vinted y Wallapop y empecé a hacer fotos, y ha darle una segunda oportunidad a mis cosas pero con un beneficio para mi, la palmadita en la espalda está bien, pero yo lo que necesito es dinero y poder tener para mí.
Quizás otro factor que ha ayudado mucho, es que donde vivo ahora mismo, la edad media de la gente es de 80 años y claro la muerte es algo con lo que se convive de forma diaria (que no se me malinterprete, soy muy feliz aquí, y es por decisión propia, pero es la realidad) y el año pasado, murieron dos personas relativamente cercanas uno era un primo de mi madre relativamente joven, y otro un antiguo compañero de un trabajo que tuve, ambos con sus padres ya fallecidos, jamás tuvieron hijos, jamás se casaron. Y llega el momento de que hacer con las cosas de esas personas ( y pienso en mi situación que no tengo hijos y me he divorciado dos veces). Era como ver tu futuro, gente con la que casi no tienes trato entrar en tu casa, y no dignarse a mirar si hay algo de valor (este, el valor, puede ser muy relativo) y ver cómo se empieza a tirar todo sin ningún miramiento. Da para reflexionar. Fue cuando comprendí, que para quien guardaba cosas que para mí tienen un valor personal, pero para la persona que venga detrás no lo va a tener o no lo va a valorar. Así que más fotografías, y más cosas a la venta. Que al menos, eso me permita tener a mí, una calidad de vida que ahora mismo no me puedo permitir. Así que más cosas fuera.
El próximo agosto no se a que le tocará, o simplemente me tocará empezar a vivir.
Y este septiembre tocó mi primer NO. Y como tú Ana, le hice entender, que escuchaba y entendía su postura, pero que en este momento de mi vida, tengo unas necesidades diferentes y que le agradecía su ofrecimiento pero declinaba por hacer lo que me nace del corazón, y no es precisamente pasar mi tiempo con él.
Me arrepentiré? El tiempo lo dirá. Ahora escucho mi corazón y lo prioriza, independientemente del vínculo que tenga con esa persona (familiar o de amistad).
Que a gusto, que paz y que bien duermo ahora por las noches, mi bruxismo me lo ha agradecido. Toda yo reconozco que ahora me veo sonreír en el espejo y veo esa paz reflejada en mí.
Un besito enorme y gracias por poder compartirlo con los que estáis por aquí.