Incorporamos un directo más al mambo de Efecto Vida. Necesito la estructura para entenderme y entender la vida, así que cada día 1 de mes a las 20:30 horas Madrid haré un directo con la Bata para abrir el tema que vamos a trabajar y poner encima de la mesa las ideas fundamentales.
El directo es abierto a toda la comunidad.
La grabación estará disponible durante dos días para las suscriptoras de la parte gratuita y quedará en archivo de forma exclusiva para las salvajes de la suscripción privada.
Empezamos abriendo el melón más difícil en cuanto a los vínculos humanos: la relación con la madre.
Doy mi opinión, totalmente sesgada, sobre el tema, e invito a la reflexión. No cuento verdades, solo hablo de mi verdad. Me baso en mi experiencia, en la de amigas y clientas, en los casi veinte años que llevo de terapia, lo que he estudiado, leído, aplicado e integrado.
Los libros recomendados del mes:
Querida Mamá: Me dueles — Marta Segrelles (La autora estará con nosotras respondiendo dudas en Desde Mi Mapa).
No espero que os guste, deseo que os sirva.
Arrancamos el sábado con un Largo y Tendido cargado de historias reales de malas hijas y malas madres para mostrar lo que no se muestra y normalizar lo que da vergüenza.
Si te apetece trabajar el tema con nosotras, las plazas están abiertas del 1 al 7 de mayo para la suscripción mensual. Te das de baja cuando quieras.
Vamos a hablar del apego seguro, aprenderemos a poner límites desde nuestra parte adulta y a automaternarnos para ser cada día más libres y vivir en calma.
Nos vemos dentro.
Ana.
Como madre que la está cagando continuamente con hijos que están pasando una adolescencia retadora (por decirlo de alguna forma positiva, que las palabras importan y mucho), me daba un poco de miedo escuchar esta bata de sentir, la verdad.
A veces, en este entorno, siento que a las madres se las pone bastante a caldo. Yo, poner a la mía de vuelta y media (que además ya no está para defenderse), lo hago encantada 😅. Pero claro, también me pongo en el papel de madre, me doy por aludida y eso me duele bastante más, de hecho duele de narices, porque muchas de las cosas que escucho o leo por aquí, se las he hecho a mis hijos también, y claro, al final voy asumiendo que igual llega el día que no quieran saber de mí.
Me alegro de haberlo escuchado, porque me he dado cuenta de que al menos no soy una madre narcisista, que sería como lo más malamadre que se puede ser. Y que solo soy una malamadre normalita.
Con todo esto me doy cuenta de que sí que me arrepiento cuando me doy cuenta de que les he hecho daño y sí que intento reparar, pidiendo perdón, y no solo eso, también me he puesto a la faena de cambiar la madre que quiero ser para mis hijos, a veces pienso que un poco tarde, y entonces pienso que más vale tarde que nunca o que nunca es tarde si la dicha es buena. Ahora hay cosas que, sabiendo lo que sé, no volvería a repetir jamás, pero sabiendo lo que sabía lo hice de la mejor forma que pude, con todas las mierdas que yo también tenía encima.
También os digo que he estado mucho tiempo bloqueada sin saber muy bien por dónde tirar, sabiendo que mis ganas de tener el control (por ejemplo) estaba dañando a mis retoños, pero sin saber qué tecla accionar para salir de ahí. Todo el trabajazo que he hecho para darle la vuelta a la tortilla está provocado por amor hacia mis hijos, hacia mí también aunque eso ha llegado después, el amor hacia ellos es lo primero que me movió a salir de donde estaba.
Gracias Ana por tu claridad y tu honestidad. Eres la bomba.
Gracias Ana por esta bata de sentir.❤️ Estaba deseando que llegase este tema. El del mes pasado ha sido muy muy potente, pero este mes es la raíz, el origen.
Nunca había ido a terapia hasta que fui madre. Desde que me quedé embarazada hasta los primeros meses de mi hijo, cada día que pasaba entendía menos como me había tratado mi madre. Y eso me estaba haciendo muchísimo daño.
Tuve depresión post parto, en pleno confinamiento y nadie me hacía caso.
Me sentí tan sola y me dolía tanto estar así por mi hijo. Que ya me busqué yo la vida para ir poniéndole remedio.
Desde ese momento, he ido varias veces a terapia por distintas razones, y al final siempre salía el tema de la madre, y yo me enfadada y les decía que no quería perder más el tiempo con ese tema, que al final estaba gastando sesiones siempre hablando de lo mismo ( aunque contase situaciones distintas que se desbloqueaban)y que de nuevo volvía a tener ese protagonismo que yo no quería que tuviese. Yo necesitaba estar bien y ese tema me dolía muchísimo, por eso no quería tratarlo.
En una ocasión, ya harta de hablar de mi madre, me puse a escribir todo lo que recordaba que me había hecho daño y cuando terminé escribí 30 folios en un momento y porque paré 😅
Hablé con mi terapeuta y la dije que la siguiente sesión necesitaba que fuese de dos horas mínimo porque tenía que hablar de todo lo que había sacado sin cortes.
Y esa sesión me vino tan tan bien. Tanto por escribir, como por verbalizar todo eso que llevaba dentro y una persona me escuchase.
A partir de ese momento empecé a poner límites, y aunque siempre hay cositas, por lo menos ahora esa relación no me hace enfermar, y eso ya es un gran paso.
Ahora, como madre, también me salen mis miedos porque la cago muchas veces, pero SIEMPRE reparo desde lo más profundo de mi corazón.
El reparar de verdad es un gran descubrimiento. Cuanta falta hace que todos asumamos nuestra responsabilidad cuando metemos la pata.
Somos humanos y nos vamos a confundir y nos van a sobrepasar las circunstancias muchas veces. Pero si sabes tomar conciencia de ello y disculparte y hablar de eso, es un cambio radical a lo que hemos vivido en nuestra infancia.
Yo tengo un problema muy grande con el perfeccionismo, pero mi hijo ya está aprendiendo que es normal confundirse y que hay que aprender de ello y seguir para adelante.
Y cuando has nombrado el entorno… qué difícil tener un buen entorno.
Y más en esta sociedad.
Yo he tenido la suerte de encontrar tribus online donde nos entendemos y vemos las relaciones desde el mismo punto de vista.
Pero como he dicho online.
En mi día a día me siento muy sola y juzgada por el entorno y cuando he tenido momentos puntuales que he estado con alguna amiga que sí ha estado ahí, me ha dado tal energía, que parecía que me podía comer el mundo.
Qué pena no poder vivir eso a diario.
Tener comadres en el día a día es salud mental.( pueden ser amigas que sean madres o no tienen por qué serlo)
Y termino diciendo que estoy deseando trabajar este tema, que gracias a mi hijo he cambiado completamente, mi manera de ver el mundo, de pensar etc etc. y no paro de formarme para darle lo que necesita y también en mi desarrollo personal para poder estar bien conmigo misma, y por lo tanto, con todas las personas que me rodean.❤️