Chupito de Vida #3
¡Camarero! Otra ronda, por favor.
Una canción
Another Day Of Sun — BSO La La Land
Tengo a mi mejor amigo en la isla. Ayer íbamos en el coche y la hizo sonar. Ambos creemos que es el mejor inicio de película de la historia. Me transporté a mis días en Londres, cuando la pesadumbre del cielo gris empezaba a robarle terreno a mi alegría, la ponía a volumen máximo y en bucle. Una y otra vez.
Recuerdo un día en el que me dio por creerme parte del elenco de bailarines que protagonizan esta escena y empecé a bailar por Bond Street, cruzando la calle a saltos de musical, totalmente ajena a la atónita mirada de los ingleses. Parecer una loca de vez en cuando es la mejor manera de mantenerte cuerda.
Una pregunta
¿Qué beneficio oculto obtienes al quedarte donde crees que no quieres?
No es una trampa. Simplificando mucho, nos movemos por placer o dolor y, aunque te vuele la cabeza y sea jodido de asimilar, muchas veces nos quedamos en lugares que creemos que no queremos porque estamos obteniendo algún tipo de beneficio oculto en esa situación. Cada decisión —y no decidir es decidir— tiene uno o varios valores asociados.
Pongo un ejemplo fácil. Quedarte en una relación que no funciona puede que te aporte el beneficio oculto de la compañía, que te evite la sensación de soledad. Sin embargo, puedes llegar a sentir esa compañía de muchas formas diferentes.
Entender qué beneficio obtienes de las situaciones que no te gustan y que no te atreves —por ahora— a cambiar es un ejercicio necesario para sustituirlas por otras que toquen el mismo valor y que, a la vez, vayan a tu favor. Cuando ves el valor de base puedes trabajar para llegar hasta él de otras formas más amables. Y todo lo que abra posibilidades es bien.
Una respuesta
¿Cómo te ves dentro de diez años?
Viva.
Un libro
El acontecimiento – Annie Ernaux
Conocí a Annie recientemente, cuando la anunciaron ganadora del Premio Nobel de Literatura 2022. Me bastó leer dos artículos sobre ella y su tipo de escritura para llamar a mi librería de barrio y encargar cinco de sus obras. Esta me la leí en una noche.
La escritora francesa de ochenta y dos años se abre en canal para narrar con una simpleza pasmosa su experiencia de aborto en un libro que me removió entera. Llegué a sentir angustia en determinados momentos y cambió mi perspectiva sobre este delicado tema. Lectura ligera por su narrativa sencilla a la vez que impactante por la honestidad radical.
Una idea
Llamar a una persona con la que te apetezca hablar.
A lo loco. Sin mandarle un wasap para preguntarle si puede hablar. Sin pedir cita. Directamente. Coges el teléfono, seleccionas el contacto y le das al botón verde.
Lo hice esta semana con una amiga a la que echaba de menos y con la que no consigo cuadrar para hacer una videollamada. Estaba mandándole un audio y me sentí ridícula. Se nos ha ido la pinza con esto de cruzar mensajitos infinitos que no concretan en nada. Probé a llamar y descolgó. Fácil, fluido y feliz. Veinte minutos de conversación en la que pude sentir que detrás de un nombre en mi móvil sigue habiendo una persona de carne y hueso a la que quiero.
Lo hago de vez en cuando porque me devuelve la conexión con lo humano y, concretamente, con los humanos. Además, como eso de llamar empieza a ser historia, suelen cogerte el teléfono con rapidez porque piensan que te ha pasado algo.
Si cierras los ojos y sientes que te apetece llamar a alguien, el momento es ahora. Revolucionario.
¡Salud!
Ana.
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He de decir que yo no te suelo leer para desayunar, porque sé que lo que escribas me va a remover, me va a incomodar, me va a despertar de un letargo en el que me adormecí hace años. Esa pregunta.
Es incómodo preguntarse aunque necesario para estar mental y emocionalmente sana. Eres mi CrossFit emocional.
Este chupito lleva un boom en la Pregunta😝.
Muchas veces nos quedamos ahí pensando “no se, algo me ata”... pero no, somos nosotras mismas, que como bien dices algo sacamos de ello, ya sea para nuestro bien o para nuestro mal. Muchas veces ese beneficio tiene hasta cierto punto “masoquista” y no somos conscientes de que gozamos con nuestro propio boicot emocional, o con ciertos problemas de nuestro entorno. Curiosa zona de confort que a menudo no te conforta.
Hay que salir de ella, saltar y bailar como bien dices, como en un musical. Trotar por esas cosas que querrías hacer y no haces por temor al qué pensarán, que a menudo acaba siendo algo que solo piensas tu para darte la tabarra y que a los demás les importa una mierda.
A su vez hay que mirar un poco hacia dentro, para cerciorarte de qué estás haciendo, cómo, porqué y qué es lo que realmente necesitas. Igual después decides quedarte, pero ya entendiendo el valor de todo y haciéndolo por ti misma, que es lo más importante.
Y lo a gusto que me acabo de quedar!
Me ha sentado genial el chupito terapéutico mañanero!
Gracias Ana❤️.