¡Camarero! Otra ronda, por favor.
Mi obsesión por aprender a dormir bien empezó en Londres. Era 2016, acababan de lanzar el formato stories en Instagram y me metía en la cama con el móvil. Respondía comentarios y consumía contenido entre mis sábanas. Antes de dormir ponía la alarma para el día siguiente y dejaba el aparato en la mesita de noche. A las cuatro de la mañana me despertaba con taquicardia y el impulso de mirarlo. Intentaba frenarme, pero el insomnio me ponía nerviosa y recurría al agente estresor para calmarme y volver a conciliar el sueño. No funcionaba.
Con el paso de las semanas empecé a perder energía, vitalidad y mi buen humor. El cansancio estaba presente de principio a fin en mis días y me limitaba de forma radical en todas las áreas de mi vida. No tardé mucho en ponerle remedio. Esto es lo que más me gusta de mí, que decido poner atención rápidamente cuando algo no va bien y, aunque me abandone muchas veces, logro reaccionar a tiempo para evitar que el drama se convierta en tragedia.
No hay que tener un máster en Harvard para darse cuenta de que meter el móvil en la cama es un atentado contra nuestra higiene del sueño. No entraré en detalles porque para eso están los expertos del tema, pero incluso antes de conocerlos, me parecía evidente.
El móvil tiene que quedarse fuera de mi habitación.
Pero lo utilizaba de alarma. Y la alarma de excusa.
Así empecé a cambiar e integrar hábitos para dormir mejor y, desde entonces, no he dejado de indagar sobre el tema para mejorar a todos los niveles.
Hoy comparto lo que marca la diferencia. Por ahora.
Un despertador
Lumie Body Clock — Link afiliado a través de Amazon
Cuando decidí comprar un despertador me encontré con un sinfín de opciones. Una de ellas me llamó especialmente la atención porque imita el efecto del amanecer iluminándose de forma gradual con el objetivo de que tu cuerpo despierte progresivamente antes de que llegue a sonar la alarma. En caso de no hacerlo, el sonido que emite es de pajaritos, olas de mar y otras opciones que emulan la naturaleza. Nada que ver con el horrendo tono de alarma del iPhone.
A su vez hace la función de lámpara auxiliar, con una luz cálida y perfecta para leer en la cama. Además, cuando pulsas el botón para conectar la alarma, empieza el momento del atardecer. El aparato da por hecho que vas a dormir y disminuye progresivamente la intensidad de la luz hasta que se apaga completamente.
Es sutil y brutal, además de programable. Yo le pido veinte minutos de ocaso, tiempo suficiente para meterme con un libro en la cama y caer frita cuando la luz está a punto de apagarse. Ahora me cuesta meterme en la cama y apagar la luz directamente. Demasiado brusco. Me he acostumbrado a las suaves transiciones y mi cuerpo está encantado con ellas.
Antes de comprarlo pasé días leyendo opiniones e informándome de sus beneficios. Indagué sobre la fototerapia, utilizada por la medicina para regular ritmos circadianos en los hospitales y, aunque el aparato rondaba los cien pavos, decidí apostar fuerte por mi descanso e invertir en él. Seis años después afirmo que es de las mejores inversiones que he hecho y se lo recomiendo a todo ser humano que me cae en gracia.
Lopeta, que es como le llamamos en la comunidad de Instagram, sigue siendo el indiscutible rey de mi mesita de noche. Los momentos en los que he tenido que separarme de él por diferentes causas no han sido fáciles. Es un elemento que ha cambiado mi forma de irme a la cama y de levantarme por las mañanas.
Aparte de esta marca, que fue la pionera en este tipo de despertadores, existen otras empresas que ofrecen productos similares. Phillips es una de ellas. Se trata de buscar las características y el precio que funcione para ti. Lo del atardecer es un puntazo que no todos tienen y que marca la diferencia. Es más caro, pero es una inversión a largo plazo.
Una decisión
Tu compromiso para dejar el móvil fuera.
No te gastes dinero en cosas materiales que te ayuden a descansar si tu compromiso es mediocre. Dejar el móvil fuera de tu habitación es innegociable. Aquí debes de ser radical, aunque sientas que las primeras noches te falta un riñón.
Yo lo pasé realmente mal. En el primer intento, al meterme en la cama sin él, la ansiedad que me generó me permitió ver lo jodidamente adicta que era. Esto me dio más fuerza para seguir adelante con el plan y cada noche iba a la cocina, que estaba en el piso inferior de nuestra casa victoriana, ponía el móvil en modo avión conectando con el cuidado hacia mí misma y lo dejaba boca abajo en un rincón. Cerraba la puerta y subía a mi cuarto.
Me costó cinco días superar el mono. Al sexto, la libertad y el poder personal que me invadía al verme capaz de separarme de él compensó el esfuerzo. Todas podemos hacerlo. La clave está en quererlo de verdad.
Mi móvil rara vez ha vuelto a entrar en mi habitación. Es una regla en mi nido. Un límite propio fácil de respetar y un acto de cuidado personal que te cambia la V.I.D.A.
Una bruma
The Ritual of Jing Hair & Body Mist
Esta bruma de cuerpo, pelo y cama me acompaña desde la misma época. Antes formaba parte de la la famosa línea Dao, pero le cambiaron el nombre. Con ella pulverizo la almohada, mi pijama y mi pelo para, a través del anclaje olfativo, darle la señal a mi cuerpo de que nos vamos a relajar y a dormir.
Me ha acompañado en viajes incluso, porque cuando no la utilizo mi cerebro detecta que nos falta algo. Dicen que el ser humano es un animal de hábitos.
La ropa de cama
Además de descansar busco que todo lo que rodea el acto sea un ritual de hacerme el amor. Que cada olor, textura o sensación me provoque placer, relax y bienestar.
Hace algunos años probé las sábanas de satén y me parecieron una fantasía. Tenía dos juegos para cambiarlas cuando había que lavarlas. Las de Ikea eran más baratas, pero una sábana entra en mi categoría de inversión a largo plazo y no escatimo en ellas.
Recientemente el satén ha sido sustituido por el lino lavado de Zara Home. Una amiga las tenía en su casa y la fluidez del tejido me pareció espectacular. Me copié y acerté. Cada noche me dejo abrazar por su suavidad y calidez. El satén se siente más frío y distante. Me quedo con el lino lavado en color beig. El color también es importante para el efecto relajante que busco. Los tonos neutros me dan paz.
El topper
Este verano me invitaron a pasar dos días en una casa preciosa en Lanzarote cuyo colchón me atrapó doce horas y me permitió dormir como hacía semanas que no dormía. Pregunté a Susi, la propietaria, por la marca y me dijo que era Flex, el modelo Royal. Cuando vi el precio me lo quité inmediatamente de la cabeza.
Acabé decantándome por su primo lejano de precio medio y, buscando ropa de cama online, me di de bruces con un elemento que nunca había escuchado. Prometía elevar el confort de tu colchón y darle efecto hotel.
Me pareció una buena opción. Lo coloqué encima del protector y después puse la sábana bajera. En un inicio empecé a dudar de su funcionalidad y me culpé por haber tirado el dinero, hasta que me tumbé y se me cayó una lágrima de emoción. Es una auténtica maravilla.
La cama te abraza. Literalmente, te envuelve. Es lo más parecido a dormir en una nube que he probado. De hecho, estoy durmiendo regular porque tengo pesadillas con la reforma y, cuando me despierto, la sensación de estar entre plumas me calma. El insomnio con el topper es más llevadero.
También lo valoro mucho cuando cambio de postura porque duermo de lado y me suele doler la cadera. Rectifico. Me solía doler la cadera. Si te pones boca abajo, notas como las rodillas se hunden suavemente en él. También parece mejorar el sexo.
Uno de mis grandes descubrimientos de este año.
Un libro
Cronobiología — Juan Antonio Madrid
En el primer Chupito de V.I.D.A. compartí un artítulo suyo y recomendé un episodio de un podcast en el que era entrevistado. A raíz de esto compré su libro y lo devoré.
Este experto en los ritmos de vida nos explica de forma clara y sencilla cómo funciona nuestro cuerpo, los ritmos circadianos y nos da claves prácticas para ir a favor de ellos.
Gracias a él he entendido muchas cosas que hago de forma natural porque el cuerpo me las pide. También me he alegrado de ver que mi ritmo está muy sincronizado con la naturaleza desde que decidí dejar atrás las grandes ciudades y vivir rodeada de ella.
El otro día me decían en Instagram que si no echo de menos a mi gente en Valencia.
La respuesta es que sí, pero no estoy dispuesta a pagar el precio de vivir en un lugar que me aleja de lo que soy y, sobre todo, de lo que necesito para sentirme bien.
Si puedes pedírselo a tu librero de barrio mejor.
Un podcast
Conozco a Jana desde hace mucho tiempo porque formaba parte de la comunidad de Instagram cuando me dedicaba a la belleza. Recuerdo cuando empezó con su proyecto de podcast y me alegra enormemente ver lo bien que le va.
Jana divulga sobre bienestar y descanso tras sufrir en carne propia los efectos del estrés y el ritmo de vida inhumano que llevamos. Comparte herramientas, claves y charlas con expertos del bienestar para ayudarnos a cambiar poco a poco nuestros hábitos y recuperar la salud que estamos perdiendo.
¡Salud!
Ana.
Buenos días!!! Gracias Ana como siempre por este Chupito de V.I.D.A., me ha encantado la idea de Lopeto!!! Aunque ahora no puedo comprarlo, en cuanto pueda va a la saca.
Más o menos desde que empezamos el Grupete, estoy poniendo el móvil en vibración (como hacía antes) pero ya no lo dejo en la mesilla, porque me despertaba cualquier mensajito, correo, etc...ahora duerme en la otra parte de la cama y así si vibra me da igual porque no me entero de ná hasta que suena el despertador.
El próximo paso sacarlo fuera del dormitorio.
Coincido contigo en usar la bruma de Jing de Rituals, mis sábanas, nórdico, almohada, ropa.. todo el dormitorio huelen a Paz y Tranquilidad como digo yo. Por cierto tb tengo el ambientador y una vela en la mesilla que es casi orgásmica, jejeje
Mi última compra para dormir mejor ha sido una mini almohada de Tempur, para mantener alineada la espalda. Me dejaron probarla unos días y mi dolor de cuello desapareció. El primer día dormí 10h del tirón 🙈. Eso sí, la compré en el Black y 75€. Pero en descanso y salud, lo que haga falta.
Espero que disfruteis del puente, 🫶🏻🫶🏻🫶🏻🙏🤍🤍🤍
Poco a poco me iré haciendo con todo lo que propones. Quiero dormir en una nube blandita abrazada por unos brazos cálidos de lino, que huelan a bruma nocturna, lejos del mundanal ruido llamado móvil y que me despierte un amanecer suave y progresivo.
Amor tu forma de contarlo todo, Ana.
Un abrazo grande a todo el mundo y feliz descanso 😴😴💤💤