Una canción
Ya no quiero ser mayor — El Jose
El martes me pegué un homenaje de despedida de Lanzarote en un restaurante de postín al lado del mar. Ventajas de ser autónoma. El precio a pagar —no poder ponerme enferma, total responsabilidad sobre mis ingresos, autogestión del tiempo y de la productividad, la absurda presión fiscal a los emprendedores españoles…— compensa la mayoría de las veces, que no siempre, por la libertad que respiro. Caña, tortilla de patata, aguacate en su punto y un panecillo caliente con mantequilla y pimienta. Las olas del mar. Los destellos de sol en el agua.
El cielo.
El lujo simple.
Poco antes de sentarme a la mesa mi hermana me mandó esta canción y la escuché en bucle cerca de las cuatro horas. Sin exagerar. Soy de esas. De las que repiten lo que les gusta sin rastro de FOMO. Canciones, restaurantes, libros, cremas, películas y personas.
Volumen a toda castaña. La cadera bailando en la silla sin poder ni querer disimular. Algunos comensales mirando raro. Me importa tres pitos. El teléfono me recomienda que afloje el volumen, que me voy a dañar el oído. Qué cabrón. Cuando estoy seis horas en Instagram no dice ni pío. Lo ignoro. La alegría me recorre entera. Si me concentro la siento de pies a cabeza como un remolino sutil en mi piel. La ilusión de la primavera. La ligereza que acompaña al verbo soltar, que a veces se mezcla con el miedo y la tristeza, y que también goza de sobrada ventaja. Me echaba de menos.
Lolo, lololololololololo, lolololololo, lolololololooooooo.
Un aniversario
Acaba de recibir el premio Beauty Shortlist Awards 2023 al mejor autobronceador. Dicen que es por la innovación de la fórmula, que puede ser, pero en el fondo creo que la utilizan como excusa porque no sería políticamente correcto decir que te deja cara de haber follado. O de haberte pasado tres semanas de vacaciones en una isla.
El proyecto que comparto junto al doctor y amigo Pedro Catalá celebra su primer aniversario. En tan solo doce meses nuestro hijo cosmético ha cambiado la vida de miles de pieles de hombres y mujeres gracias a su efecto isla inmediato, sus ingredientes naturales que mejoran la elasticidad y la hidratación y el sutil tono dorado atardecer que aporta progresivamente.
Desde el día que nos sentamos a crearlo en un chiringuito de playa tuve claro que sería un éxito. La fórmula era ganadora, en sentido literal y figurado. Por mi parte, contábamos con años de experiencia en primera línea del sector de la belleza, con incontables pieles asesoradas y escucha empática hacia las necesidades de las personas que pasaban por mis manos. Sabía el efecto que muchas de nosotras buscamos. Tenía clara la textura, el tono, el acabado, los usos y el objetivo principal: liberarnos de la base de maquillaje. Por su parte, Pedro contaba con su brutal experiencia como farmacéutico y doctor en formulación de cosmética natural, el conocimiento de la piel y los mejores ingredientes para cuidarla, la pasión que le pone, la artesanía por la que apuesta y los beneficios evidentes que nos regala a través de Twelve.
Y vamos a celebrarlo.
Desde hoy y hasta agotar existencias, con cada Glow Island se regalará un mini Glow de viaje 10ml. Si te apetece unirte a la fiesta es AQUÍ. Si ya forma parte de tu rutina, me encantaría que le cantaras Cumpleaños feliz.
Por muchos años de Glow.
Felicidades. Tus padres están orgullosos.
Un curso online
Curso Ansiedad — Somos Estupendas
El verano pasado me ofrecieron colaborar con Somos Estupendas en un momento en el que había perdido el norte con la reforma de mi casa. Llegué a coger fuerte del brazo a un chico de la carpintería de aluminio, amenazándole por si no venían a montar mi puerta. Inmediatamente le pedí perdón llorando.
Esto está sacando lo peor de mí, no sé qué me pasa.
Querían regalarme uno de cursos online y me pareció algo providencial. Era agosto, la gente normal estaba de vacaciones y yo cargaba sacos de cemento en mi coche. Me decanté por el de Inteligencia Emocional para repasar las emociones que estaba gestionando y recordar que la ira se puede manejar sin llegar a las manos. Cada mañana paseaba al perro haciendo el curso en formato audio y, aunque era algo que ya había estudiado, reforzarlo me ayudó a poner más conciencia al asunto.
Hace unas semanas volví a hablar con ellas para organizar un directo con Isabel Reoyo sobre toma de decisiones –puedes verlo AQUÍ– y me ofrecieron hacer otro de sus cursos. En un principio pedí el de pareja, pero lo pensé mejor y cambié de idea. Elegí el de ansiedad para conocerla mejor dado que ha formado parte de mi vida a lo largo de los años y porque desde el verano se pasea por mi cuerpo en cuanto me descuido.
Casualmente, estos últimos días me ha venido como anillo al dedo. He querido aprovechar que vuelo a Bali desde Madrid para pasar unos días con amigos en la capital y comer con mis editoras. Ya tengo la estructura del tercer libro. Llegué optimista y envalentonada el jueves por la mañana, intentando recuperar mi identidad cosmopolita y conectando con aquella sensación de jungla que tanto me gustaba en Londres. No ha funcionado. Mi cuerpo sabe perfectamente dónde está la calma y tarda poco en dar la voz de alarma.
En dos días me he fundido casi el curso entero y, como el anterior, me parece que está perfectamente estructurado, con puntos claros y concisos. Además, el formato audio para escuchar tirada en la cama o paseando es indispensable para mí. El temario es amplio, cuenta con explicación, ejercicios para tomar conciencia y recursos prácticos como la respiración diafragmática, visualización de espacio seguro y automasaje de pecho entre otros. Las que me conocéis sabéis qué me ha cautivado.
Os dejo AQUÍ su web para que podáis ver el temario y un descuento de 15€ que nos regalan con el código ANA15 hasta el día 2 de abril. Es decir, hasta mañana. El link no es afiliado, es colaboración.
Una pregunta
¿Qué haces para que los demás te quieran?
Y otra de regalo.
¿Qué haces para quererte?
Una sensación
Querer volver. Antes de irme.
Esto es algo completamente nuevo para mí. En general no he viajado mucho en forma de vacaciones. En quince años de vida adulta cuento con Punta Cana, Menorca y Tailandia. A decir verdad, no he disfrutado de muchas vacaciones porque solía aprovecharlas para estudiar o trabajar y sacarme perrillas extra. Cuando he viajado ha sido para quedarme largas temporadas en mi destino, para buscar mi lugar en el mundo y sentir si quería echar raíces en él.
Antes de volar a Madrid estaba en mi sillón de leer cogida a los reposabrazos, concentrada en la textura de la madera para bajar al cuerpo, respirando con intención y atención para aliviar el miedo que me recorre desde que compré el billete y la resistencia mental a salir de la bonita zona de confort que he construido. Una parte de mí desea irse de vacaciones y desconectar, volver a reencontrarme con los arrozales que propiciaron mi cambio de identidad. La otra está asustada porque no quiere perderse los amaneceres desde mi terraza ni la paz que tanto me ha costado conseguir. Toco las paredes de mi casa con cariño. Enseguida vuelvo les digo.
Un descanso
El que me voy a pegar entre arrozales a partir del lunes.
Se cierra la barra de Chupitos hasta mi vuelta.
Portaos mal.
¡Salud!
Ana.
Hola Ana, yo también tengo esa sensación de no querer salir de casa (ni que sea un fin de semana), supongo que me ha costado tanto crear mi nido, que ahora siento que si lo dejo, dejo una parte de mi ahí. No sé, mi obra está siendo como la del escorial o la Sagrada Família juntos (en función de cuando consigo tener algo de dinero y si a eso le sumo que es una casa muy viejita, de mis abuelos, con más de 100 años, de barro) pues todo es algo más complicado, pero a la vez, para mí tiene más valor.
Un besito enorme, que consigas disfrutar aunque una parte tuya se haya quedado en la isla. 😘
MA-RA-VI-LLA.... leerte es sentir en nuestras propia piel todo lo que transmites.
Ese primer párrafo, parece que has descrito la V.I.D.A. con la sueño tener. Soy de Madrid, amo el mar con la fuerza de los vientos. Llevo dos años sin verlo, sin poder permitirme escarpa ni un fin de semana (soy autónoma, ya tu sabes) y siento que tengo roto algo por dentro. La ausencia de mar me quita años de V.I.D.A., pero tengo muy claro qué, no sé como ni cuando ni porqué -y ni me importa- que voy a terminar viviendo frente al mar. Y podré disfrutar cada día de respirarle profundo.
Disfruta de tus muy merecidas vacaciones, Ana.
Un abrazo muy grande gente bonita 🤍