Al lío #1 La rueda del tiempo + ejercicio para priorizar.
Enero. Gestión del tiempo para salvajes.
Qué larga se me ha hecho la semana.
He esperado hasta última hora para escribir este texto, ya que no quiero renunciar a la sensación de crear en orgánico para que sea lo más fresco posible. Aunque mucha gente piense que si lo hubiera escrito hace diez días no se notaría, yo estoy convencida de que sí. Y no quiero que se me demuestre lo contrario.
Por eso no he compartido aún los temas del resto del año. Porque me gusta construir a partir del presente. He entrenado lo suficiente la flexibilidad como para no necesitar tenerlo todo atado, para confiar en mi capacidad de acción. Apuesto por dar espacio a que las cosas pasen, escuchar con atención e intención vuestras voces, identificar necesidades o tendencias y, a partir de ahí, crear el contenido para que sea, como la buena fruta, de temporada.
Escribo estas líneas mientras suena la lista de música que os llega en el email de bienvenida a la suscripción. Espero que nadie la haya pasado por alto. Tiene rollo. He encendido un incienso demasiado potente y me estoy ahogando, pero hace mucho frío como para abrir las ventanas. Obsesionada con Maro y Saudade, Saudade. Canción número cinco.
Cada vez que pongo encima de la mesa un tema, ya sea en taller o, ahora, a través de la suscripción, soy la primera que se pone a trabajarlo. Es una de las cosas que más me gusta de lo que hago, que me motiva a liarme a la par que vosotras y me hace sentir conectada. En horizontal.
Los últimos días han sido de renuncia. Por cierto, lo expliqué en el chat del pasado miércoles (podéis leerlo aquí), pero por si se os escapó, lo repito.
Renunciar no significa soltar lo que no quieres.
El budismo la define como el acto de liberarse de los placeres mundanos. Y no, en ningún caso me refiero a la rutina de noche. Eso es innegociable.
Para mí, la renuncia implica alejarte de algo que quieres o te produce placer a favor de lo que verdaderamente importa. Aquí el trabajo de valores es clave.
Además de renunciar a cosas que me gustan, he hecho reestructuración de horario, ajustes de mini hábitos —gracias por vuestras recomendaciones en esta Nota de Vida, he comprado la agenda de gestión financiera con el sistema japonés—, elección de cortafuegos —también he adquirido una caja con temporizador para meter el móvil — , y, sobre todo, muchísima escucha del cuerpo. De hecho, es él quien dirige el cotarro de mi gestión temporal. A decir verdad, es mi cuerpo el que dirige mi vida desde hace tiempo.
En este vídeo comparto un ejercicio tan fácil como potente para priorizar y quitarnos presión de un plumazo, y una herramienta de autoconocimiento de fondo de armario que os será útil el resto de las semanas que nos quedan. Al terminar podéis descargar el pdf bonito que os hemos preparado y que ya es vuestro, aunque dejéis de formar parte de Efecto Vida.
Espero que os sirva para lo más importante:
Darnos cuenta para decidir a nuestro favor.